El 2 de octubre se conmemoró el primer Día Mundial del Estómago, una iniciativa internacional liderada desde Europa, que busca colaborar en la prevención de enfermedades estomacales. En este escenario, la Sociedad Chilena de Gastroenterología (SCHGE) alertó acerca del diagnóstico y tratamiento oportuno del Helicobacter pylori, una bacteria “silenciosa” presente en el 70% de los chilenos y en el 50% de la población adulta mundial.
Aunque la existencia de esta bacteria es milenaria y proveniente desde África, solo entre los años 1982 y 1985 se descubrió el impacto del Helicobacter pylori en la mucosa del estómago, señalándolo como el principal responsable de los problemas de salud estomacal más frecuentes, entre ellos: la gastropatía erosiva, la dispepsia (comúnmente denominada “gastritis”), las úlceras pépticas y el cáncer gástrico. Pese a los avances de la ciencia, esta bacteria ha sobrevivido, ya que solo habita en la superficie del estómago y no invade la célula, lo que dificulta la acción directa de antibióticos, sumándose a otros mecanismos que le permiten protegerse de forma eficaz de la acción de estos medicamentos.
Para el doctor Pablo Cortés, presidente de la Sociedad Chilena de Gastroenterología (SCHGE), la alta prevalencia de esta bacteria en Chile, además plantea la discusión respecto de su abordaje mediante políticas públicas, discutiendo los riesgos asociados al tratamiento masivo mediante antibióticos, que podrían generar complicaciones como reacciones alérgicas y aumento en la resistencia a estas drogas, versus la disminución en la alta frecuencia de cáncer gástrico en Chile.
En Chile, cada año mueren 3 mil personas a causa del cáncer gástrico. Según el vocero de la sociedad científica, “el 73% de los chilenos adultos portan la bacteria y la mayor parte de ellos lo desconoce, ya que no presenta síntomas. El Helicobacter pylori es un reconocido factor causal del cáncer gástrico, el cáncer con mayor mortalidad en nuestro país, pero la minoría de las personas con la infección lo presentarán a lo largo de la vida. Al contrario, las personas que no tienen la infección prácticamente no tienen riesgo de desarrollarlo y quienes lo tienen, pero son tratados y erradican la bacteria, disminuyen el riesgo de producirlo”.
El diagnóstico de la bacteria se hace en la mayor parte de los casos, durante endoscopías, procedimiento clínico de alto costo y demanda; no obstante, existen exámenes menos invasivos que permiten su detección mediante biomarcadores de aliento y deposiciones. Su tratamiento farmacológico es muy agresivo, explica del Dr. Cortés, e incluye la administración oral durante 14 días de una combinación de antibióticos y bloqueadores de la secreción de ácido del estómago. 1 a 2 de cada 10 personas, no responde al tratamiento y no consiguen erradicar la bacteria, debido a la resistencia de la bacteria a la acción de estos medicamentos.
El Helicobacter pylori se adquiere durante la infancia y está asociado a las condiciones de saneamiento ambiental (calidad del agua y alimentos). Por esta razón, es de mayor prevalencia en países de menor desarrollo. En Chile, por ende, la población con mayor tasa de incidencia es la adulta, sobre los 40 años, quienes adquirieron la infección durante su infancia o adolescencia y ésta se mantiene por décadas en el estómago de las personas, produciendo una inflamación silenciosa (gastritis crónica) que lleva al desarrollo, en el largo plazo, de lesiones precursoras del cáncer gástrico.
El Dr. Cortés agrega que “existe la experiencia en países con tradicional alta incidencia de infección por Helicobacter pylori y de cáncer Gástrico, como Japón, que las nuevas generaciones tienen una frecuencia de infección dramáticamente menor, comparado con las personas de la misma edad hace 30 años. Es esperable que esto implique una disminución también significativa en el desarrollo de cáncer gástrico”.
RECOMENDACIONES PREVENTIVAS
“Nuestra recomendación actual es corroborar la existencia de la bacteria en toda persona con síntomas digestivos, privilegiando el uso de exámenes no invasivos en las personas menores de 40 años. En mayores de 40 años sintomáticos, lo ideal es realizar una endoscopía digestiva alta, pues además de buscar la bacteria el examen permite diagnosticar un cáncer gástrico, idealmente en etapas tempranas, e incluso, en ausencia de éste, detectar lesiones precursoras que llevan a realizar un seguimiento más estricto de estos pacientes”, puntualiza el Dr. Pablo Cortés.
En Japón, menos de la mitad de los pacientes diagnosticados con cáncer gástrico fallecen por esta causa. En cambio en Chile aproximadamente el 90% de los pacientes diagnosticados fallece por este tumor. La principal diferencia está dada por la precocidad del diagnóstico. Gastroenterólogos de ambos países han mantenido por años una estrecha relación de trabajo que busca mejorar esta realidad nacional. Este intercambio de conocimientos se ha visto incrementado en los últimos años por iniciativas de Telemedicina.
La salud del estómago tiene gran importancia en la calidad de vida. Entre otras recomendaciones, la Sociedad Chilena de Gastroenterología sugiere restringir el uso de antiinflamatorios sin indicación médica, que pueden producir por sí solos o en combinación con Helicobacter pylori, úlceras pépticas; del mismo modo el uso en uso no indicado de antibióticos, por su efecto en aumentar la resistencia de las bacterias; el consumo de alcohol en forma excesiva; el tabaco por ser un cancerígeno reconocido y un inhibidor de la cicatrización gástrica; y cuidar la alimentación a lo largo de la vida.
En el próximo Congreso de Gastroenterología, que se realizará en noviembre en Puerto Varas, se actualizarán temas relacionados a la infección por Helicobacter pylori, diagnóstico precoz y tratamiento endoscópico del cáncer gástrico. Además, se realizará el 2° Workshop de Telemedicina, que reúne a gastroenterólogos e informáticos de todo Chile junto a expertos japoneses.
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