Cuando era joven y estaba en la plenitud de sus fuerzas, José Ojeda era un continuo animador de las actividades del ciclismo en Valdivia.
En sus tiempos libres participaba en competencias, pero en el día a día se trasladaba sobre las dos ruedas de un lugar a otro.
Ahora tiene más de 70 años y sigue disfrutando del ciclismo, ahora por las calles de la ciudad, claro que a un ritmo más pausado.
De la misma forma entiende la importancia de las ciclovías del área urbana y tomó como propio el objetivo de mantenerlas limpias de desperdicios que afecten el normal traslado de los ciclistas.
José todas las tardes se pone su chaleco reflectante, toma su escobillón y junto a su señora, que lo acompaña en silla de ruedas, recorre las calles limpiando.
¿Cuál es la motivación que lleva a este vecino a limpiar las calles?
José responde a Diario de Valdivia que cuando transita por la ciudad en su bicicleta se encuentra con vidrios y otro tipo de basura que obstaculizan el tránsito a quienes utilizan las ciclovías.
“Además, ando con mi señora en silla de ruedas y muchas veces se pinchan las ruedas de la silla. Es muy complicado movilizarse así”, comenta.
José Ojeda señala que vive en la población San Pedro y siempre acompaña a su señora a hacer sus diligencias y controles en recintos de salud.
“Para la gente que se mueve en sillas de ruedas no es bueno encontrarse con vidrios. Hay gente que tira botellas a diestra y siniestra en las calles sin pensar en los que utilizan las ciclovías, ya sean ciclistas o personas en sillas de ruedas como es el caso de mi esposa”, comenta.
Este vecino agrega que cuando puede hace sus peguitas como el arreglo y tapizado de sillas, pero no dejará de limpiar las ciclovías.
“Seguiré haciendo esto. Es necesario. Hay comunicación con mi señora y amo eso. Estamos juntos 40 años y soy agradecido de la vida y de Dios que me da salud para poder salir con ella cuando la llevo al hospital y a sus diligencias. Con lluvia tenemos que salir igual, porque las oficinas no están en mi casa jajajaja”, señala con entusiasmo.
Antes de seguir con su labor hace un llamado a los conductores de autos y microbuses para que respeten las ciclovías. “Yo cuando puedo salgo en bicicleta a hacer mis cosas y muchas veces, no hay respeto”, cierra este valdiviano ejemplar.
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