Análisis a nivel nacional estiman que en los establecimientos educacionales de administración de nuestro país se pierden diariamente 150 mil almuerzos.
¿Dónde va esa comida? ¿se recicla? ¿se dona?
Simplemente, y aunque duela, se desecha en la basura.
Son toneladas de alimentos que se desperdician todos los años porque a los alumnos no les gustan las preparaciones o simplemente no están acostumbrados a comerla.
El programa dispuesto por la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) considera un amplio rango de opciones alimenticias, balanceadas, nutritivas, bajas en sodio y azúcar.
Pero ¿qué pasa en la Región de Los Ríos cuando, por ejemplo, un alumno de un colegio cualquiera de la comuna de Lago Ranco, recibe al almuerzo un plato de choritos con arroz?
La tendencia indica que en nuestra zona esos alimentos son parte del grupo de los que menos aceptación tienen por parte de los estudiantes que acceden al Programa de Alimentación Escolar (PAE) y al final de la jornada, son desechados.
Un estudio presentado en 2021 en la Revista Chilena de Nutrición reveló que el desperdicio de alimentos en los comedores escolares es un problema complejo que requiere una intervención multidimensional que involucre a todos los actores del sistema alimentario escolar.
El programa PAE contribuye al requerimiento nutricional diario en cada etapa de la vida escolar y a nivel nacional beneficia diariamente a 1.786.000 estudiantes, a quienes se les entrega desayuno, almuerzo, once y colación.
Para la entrega de la ración alimenticia al año se requiere de 20.500 toneladas de fruta natural, 9.600 toneladas de papas, 9.500 toneladas de carnes, y 3.200 toneladas de huevos, entre otros alimentos que también se trabajan en grandes volúmenes.
“El PAE ha implementado diferentes innovaciones, como por ejemplo promover la integración al rescatar la diversidad gastronómica de cada región, potenciando la variedad de alimentos y tradiciones de los pueblos originarios, así como también gastronomía de los estudiantes migrantes y constantes capacitaciones técnicas al personal manipulador de alimentos”, indica el estudio.
Recientemente un apoderado quedó asombrado por la cantidad de comida que se botaba en una escuela municipal de una comuna, después del almuerzo.
Eran ollas llenas que se desechaban.
El plato de fondo de la minuta de aquel día era lentejas.
Y así se podría hacer un paralelo con todos los colegios de la región.
Esta situación es un tema que se debe analizar desde diversas perspectivas señala la manipuladora de alimentos, dirigente y con 35 años de experiencia en este gremio, Nelmy Rodríguez, confirma que la comida que sobra diariamente se desecha.
En este tema, según Rodríguez, tiene mucho que ver el director del establecimiento y el encargado PAE para que los niños lleguen al comedor a recibir el beneficio que se les entrega, que estén en el lugar viendo que los estudiantes coman lo dispuesto.
“¿Se fomenta a los niños a comer los diversos alimentos? Ahí debiera haber un compromiso real que involucre hasta los apoderados, porque hay muchos niños que no están acostumbrados a comer estos alimentos. Esto obedece a una minuta nacional y no se consideran las características culturales de niños de Arica o Corral, por ejemplo”, dice.
“Este tema lo hemos presentado en las mesas de trabajo que hemos establecido como organización sindical, pero nunca se ha tomado en cuenta. Queremos hacer un aporte para que Junaeb y el gobierno de turno que esté considere nuestras opiniones y nuestra experiencia en la cocina. Somos la cara visible de los establecimientos de la alimentación todos los días”, agrega.
“El Estado debe estar preocupado de que haya una alimentación de calidad y se cumpla el programa de alimentación. Muchas veces las manipuladoras hacen maravillas para que los niños se puedan comer su comida”, recalca.
-¿Ha visto usted en algún momento fiscalización en Corral de parte de Junaeb?
“Sí, nosotras estamos sujetas prácticamente todos los días a fiscalizaciones”.
-¿Ustedes pueden intervenir las minutas para hacerlas más atractivas?
“No, no podemos. Eso se tiene que autorizar por Junaeb”.
-¿Qué pueden hacer ustedes si entregan comida saludable si después los niños acceden a comida chatarra?
“Nada. No tenemos nada que hacer si los papás no les inculcan una buena alimentación. Muchos niños llegan a sus casas y se hacen un arroz con salchichas que es lo más fácil. No hay una cultura de la enseñanza de la alimentación”.
-¿Los niños de la costa de Valdivia comen los almuerzos cuando hay mariscos o pescados?
“Sí, porque es una zona donde culturalmente los niños se crían con esos productos".
La labor del personal manipulador de alimentos es fundamental para garantizar la calidad y la higiene de los alimentos que se entregan en el PAE.
Estas personas, en su mayoría mujeres, realizan un trabajo de cuidado que implica responsabilidad, conocimiento y compromiso con la salud de los estudiantes.
En Osorno se da una situación parecida a la realidad nacional en cuanto a la alimentación.
La dirigente de las manipuladoras de alimentos, Mariela Cancino, indica a Grupo Diario Sur que los almuerzos que sobran no se pueden regalar, tampoco se pueden entregar a los mismos que trabajan en un establecimiento escolar.
“Se bota. Lo hemos hablado con los jefes del DAEM y de la Dirección Provincial de Educación. Les hemos hecho el alcance de que pudieran llegar a un consenso, para que cuando ya se han repartido todas las raciones que corresponden a los niños, si queda se pudiera repartir al personal que trabaja en los establecimientos”, comenta.
Agrega que la normativa nacional indica que esa comida no se puede “reciclar”. “Hacemos el trabajo diario de preparar la alimentación acorde a lo que nos dice nuestro registro, nuestra minuta, y a veces los niños y niñas no se la sirven. Es un tema en el que se debe llegar a un consenso”, indica.
Cancino destaca el rol de los padres en este tema. Dice que se han hecho charlas a los apoderados para que conozcan la calidad de la alimentación que se les entrega a los alumnos desde prebásica hasta media.
“Quedan asombrados por las minutas que se asignan y la variedad de la alimentación. El problema pasa cuando los niños no están acostumbrados a comer otras cosas, balanceadas, naturales, sin exceso de sal”, declara.
-Eso es fundamental…
“Hubo un tiempo donde se cocinaba sin sal. Y se vio que los niños llegaban con sus saleros a almorzar e incluso con aliños. Como manipuladoras nos gustaría contactarnos con los Centros de Padres para que ayuden a crear conciencia sobre la importancia de la alimentación sana”.
-¿Es un problema de difícil solución?
“Creo que sí. Me encanta mi trabajo y lamentablemente veo que se bota mucha comida. Ahí surge nuestra preocupación. Una vez que almuercen los niños autorizados por Junaeb, podría entregarse almuerzos a quienes no están en esos registros y quieran comer. Estamos muy preocupados por ese tema”.
Este tema de desechar comida es un tema de permanente análisis para Junaeb y más allá de buscar responsables, se buscan soluciones.
Consultada por Grupo Diario Sur, Elisa María Worner, directora de Junaeb Los Ríos, comenta que en la región se cuenta con dos empresas encargadas de hacer la entrega de la alimentación: Hendaya y Nutrisalud. Hendaya entrega a las comunas de Panguipulli, Río Bueno, Lanco, La Unión, Los Lagos, Futrono, Paillaco, Lago Ranco, y Nutrisalud a las comunas de San José de la Mariquina, Máfil, Corral y Valdivia.
“Estas empresas fueron seleccionadas a través de una licitación pública nacional, y se les adjudicó la alimentación de las comunas señaladas por un lapso de tres años (2022 – 2024). Éste es el último año de vigencia de dichos contratos. Se está en proceso de elaboración de bases para la licitación pública para la provisión de alimentación para los próximos años”, señala.
-¿Está cuantificada la cantidad de comida que se bota en la región?
“Dado que hay más de 400 establecimientos en la región con PAE regular, es imposible cuantificar diariamente la cantidad de comida que se pierde. Se está trabajando con los encargados PAE de los establecimientos para ajustar los servicios entregados a la cantidad de beneficiarios que realmente requieren el servicio de alimentación y certificar en la plataforma de la institución los motivos de inasistencia”.
“Esto permitiría obtener una información aproximada de cuántas raciones se pueden ajustar en cada establecimiento, pero no se tiene la información de cuánta alimentación es devuelta en las bandejas. Se sabe que los alimentos menos apetecidos por los estudiantes son, paradójicamente, los más saludables, como el pan integral, la miel, el pescado y las verduras”.
-¿Por qué los alimentos que se preparan en los colegios y no se ocupan, deben ser botados? ¿No se pueden “reciclar” o entregar a alguna institución?
“Los alimentos deben ser botados porque son retirados en bandejas por los estudiantes y luego devueltos si no les gusta. Por razones de sanidad, no deben ser reciclados ni entregados a otros estudiantes o instituciones”.
“Se debe considerar que por tema de inocuidad alimentaria un alimento que se encuentra más tiempo de lo adecuado fuera de su temperatura óptima de servicio, está expuesto a desarrollo de microorganismos lo cual es un riesgo para quien lo consuma, por lo cual no se puede arriesgar entregar esa alimentación para consumo humano si el alimento no se encuentra en condiciones adecuadas”.
-¿Podría comentar el rol de padres y apoderados en la generación de conductas sanas en torno a la alimentación?
“Las madres, padres y apoderados son un factor fundamental en fomentar una vida y alimentación sana. Tenemos que llegar a ellos con información sobre nuestras minutas, que tienen la particularidad de no sólo ser nutricionalmente equilibradas, entregando la energía y nutrientes que necesitan las niñas y niños para aprender, sino que además incluye productos libres de sellos negros altos en azúcar, grasas o sodio”.
“Constantemente realizamos degustaciones PAE en la región, destinadas a madres, padres y apoderados, mostrando y dando a probar la alimentación que Junaeb entrega a sus niñas y niños, incluyendo minutas para celíacos o estudiantes con alergias e intolerancias alimentarias, para además ir desmitificando concepciones erróneas sobre el programa y sus preparaciones”.
“Para reforzar lo anterior, este año en Los Ríos hemos comenzado a trabajar en una iniciativa de educación alimentaria para la comunidad educativa con algunos establecimientos de Valdivia, involucrando a la comunidad escolar completa”.
-¿Cómo acciona Junaeb la supervisión? ¿Cómo fiscaliza que se cumpla la entrega de alimentos y se sigan las minutas establecidas?
“La supervisión se realiza considerando la mayor cantidad posible de establecimientos de la región, con los recursos disponibles, tanto de funcionarios (6) como físicos. Estas supervisiones se planifican según las comunas que atiende cada empresa concesionaria, realizando supervisiones diarias y una alta suma mensual”.
“Los supervisores son informados sólo el día anterior sobre los establecimientos a supervisar, aplicando un acta de supervisión determinada a nivel nacional. Se verifica el cumplimiento de las obligaciones de las empresas concesionarias, incluidas en las bases de licitación vigentes”.
“Los criterios de supervisión incluyen el cumplimiento de la minuta establecida, productos autorizados por Junaeb sin sellos negros, estado de frutas y verduras, la temperatura de los alimentos en bandeja, la cadena de frío, la higiene general de cocinas, el uso de indumentaria, y el peso de las bandejas para corroborar el aporte energético y calórico de los alimentos, entre otros aspectos”.
La directora de Junaeb Los Ríos, Elisa María Worner, recalca que las supervisiones se realizan diariamente en los horarios de preparación y entrega de los servicios de alimentación”.
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