A 3 kilómetros por hora y vestido de su superhéroe favorito, llegó Lucas Flores Cárdenas de 2 años de edad, al servicio de pabellones quirúrgicos del Hospital Base Valdivia (HBV) para ingresar a su cirugía de catéter de quimioterapia. Disfraz y vehículo son parte del proyecto “Héroes Bajitos”, impulsado por el establecimiento y financiado por la Fundación Oncológica de Valdivia (Fonval), con el objetivo de disminuir la ansiedad preoperatoria en pacientes pediátricos y ofrecer una mejor experiencia hospitalaria a los niños y niñas.
La iniciativa surge desde el Servicio de Pabellones Quirúrgicos del HBV y contó con la colaboración del Servicio de Lavandería, desde donde se elaboraron las capas y gorros con diseños de superhéroes y dibujos animados. Todo esto, con el objetivo de brindar una mejor experiencia a los usuarios “bajitos”.
En ese sentido, Catherine Durán, enfermera jefa de Pabellón, explicó que “el ingreso a pabellón es una situación estresante para todo paciente, pero más aún, para pacientes pediátricos, ya que este proceso va asociado a variables como el ayuno, el miedo de estar en un lugar desconocido y muchas veces estar alejados de sus padres. Incluso, se ha demostrado que el aumento de ansiedad y estrés podría tener relación con una mayor agitación, delirium al despertar, y a presentar mayor dolor en el post operatorio”.
“Es por esto que, junto al equipo conformado por Diana Apablaza, Roxana Silva y Jaqueline Navarro impulsamos este proyecto que, a través de metodologías simples y didácticas, buscan reducir el estrés preoperatorio de los pacientes que ingresan a diario a pabellón, mediante un trato diferente y humanizado. Además, busca que el familiar o tutor legal, se integre de una manera diferente en estos procesos, muchas veces complejo para ambas partes”, agregó Durán.
El auto eléctrico con música, bocina y luces, reemplaza las tradicionales camillas y sillas de ruedas con las que los pacientes pediátricos llegan a sus cirugías. A esto se suma, que lo hacen en compañía de sus padres, quienes incluso pueden manejar el control remoto del vehículo. Esto como parte de las estrategias que desarrolla el hospital para mejorar la experiencia de los pacientes.
En esa línea, el director del Hospital Base Valdivia, Erick Vargas, señaló que “en nuestro hospital se han ido adecuando medidas para recibir a los pacientes pediátricos en pabellón y para lograr que la experiencia no resulte traumática para ellos, generándoles un ambiente amigable y empático. Esto, considerando que el 20% de los usuarios que llegan al pabellón, son niños de entre 0 y 14 años”.
“Eso es lo que pudimos ver con Lucas, el primer paciente en hacer uso de estos autos, quien junto a sus padres llegó contento y entusiasmado a su cirugía, con una capa que representa símbolo de valentía y resistencia. Fue una linda y emocionante experiencia que esperamos poder seguir replicando con ésta y otras iniciativas que nos permitan mejorar la experiencia de nuestros pacientes”.
La concreción del proyecto no hubiera sido posible sin el apoyo de la Fundación Oncológica Valdivia, institución que adquirió los vehículos eléctricos para el hospital. Al respecto, su director, César Troncoso, señaló que “cuando nos presentaron el proyecto accedimos gustosos a contribuir con los autitos. Como fundación, nuestra principal función es ayudar al hospital, principalmente a los pacientes oncológicos y obviamente a los niños, y hoy nos vamos muy contentos y con la tremenda satisfacción de ver que aportamos con la felicidad de ellos, esta vez, representados por Lucas”.
El paciente que inauguró los autitos y esta nueva estrategia, fue Lucas Flores Cárdenas, quien padece un tumor renal. Lucas fue derivado para diagnóstico y tratamiento desde el Hospital de Puerto Montt hacia el HBV.
En la ocasión, su mamá Elizabeth Cárdenas, destacó la iniciativa, señalando que “en mi caso, mi hijo ha pasado varias hospitalizaciones anteriores y todo este ámbito hospitalario no le gusta. El hecho de ir a pabellón, de bajar a un lugar desconocido lo iba a asustar mucho, pero llegar en un ambiente infantil, en este caso con el auto y su capa, genera otra perspectiva, una mucho más amigable”.
Asimismo, explicó que “este es un beneficio también para nosotros como padres, ya que, por ejemplo, las mamás llegamos menos asustadas porque los vemos bien a ellos. Me gusta la idea de que se humanice así la estadía de los niños, sobre todo en la parte hospitalaria que no es un mundo habitual para ellos. Espero que esta linda iniciativa se replique en muchos hospitales más”.
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